Es un trastorno de base biológica que afecta al aprendizaje de las capacidades aritméticas y las matemáticas. Es independiente del nivel de inteligencia del niño o del adulto. Se manifiesta en una baja capacidad para entender los números, para el cálculo mental y para el procesamiento matemático.
Según Josep Mª Serra Grabulosa, neuropsicólogo de la Universidad de Barcelona, la discalculia es tan común como la dislexia y se calcula que afecta a un 5% de la población infantil, aunque todavía hay niños y adultos sin diagnosticar.
Existen una serie de síntomas que nos pueden poner sobre la pista para detectar una posible discalculia. Estos son los más frecuentes:
- Dificultad con el grafismo de los números.
- Dificultad para ordenar los números, según una estructura espacial. En general, problemas con la seriación, ordenación, descomposición, etc.
- Dificultad con la interpretación de las cantidades y con la realización de operaciones básicas.
- Dificultad con conceptos abstractos de tiempo y dirección.
- Incapacidad para comprender y recordar conceptos, reglas, fórmulas…
- Dificultad para llevar la puntuación durante los juegos.
- Dificultad en las actividades de la vida cotidiana (direcciones, números de teléfono)
- Dificultad, en fin, en el rendimiento académico de las matemáticas (repetidos suspensos a pesar del esfuerzo), pero no en otras áreas.
A la hora de evaluar y tratar la discalculia debemos tener en cuenta la evolución de otros procesos neuropsicológicos, tales como las habilidades espaciales, verbales, ejecutivas y de memoria. Además, y según el DSMIV, “el diagnóstico del trastorno del cálculo o discalculia requiere que la capacidad para el cálculo sea evaluada mediante pruebas estandarizadas, administradas individualmente, los resultados se sitúen sustancialmente por debajo de los esperado por la edad cronológica del niño, su capacidad intelectual y la escolaridad propia de su edad. Además debe interferir significativamente en el rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana que requieran capacidad para el cálculo”.