Gasull (2000) dice,que sin saberlo, el docente es un profesional de la voz, ya que con ella ejerce su profesión. El problema, es que muchas veces lo hace sin un mínimo de preparación y suele tener escasos recursos vocales para dirigirse a un grupo sin fatigarse o hacerse daño. También le faltan recursos corporales suficientes que le permitan desbloquear aquellas zonas del cuerpo que provocan un mal funcionamiento de la respiración y/o emisión vocal.

Creemos, por tanto, que es imprescindible que el docente cuide su voz. Pero puntualicemos un poco más. El comportamiento vocal es distinto según las etapas educativas en las que nos encontremos. Así pues, el docente, en cada una de ellas, tendrá su particularidad vocal.

En EDUCACIÓN INFANTIL, la voz del profesor suele ser el principal recurso para mantener la atención de los alumnos. El habla es el medio de comunicación más empleado y es el vehículo de estimulación del desarrollo de la propia lengua de los niños. Además el uso de canciones en la clase es importante porque es una de las maneras de crear vínculos comunicativos. Por todo ello, el uso vocal por parte del profesor, es intenso. Por otra parte, la postura corporal que adoptan estos docentes, poniéndose al mismo nivel que sus alumnos repercute en la proyección vocal.

En EDUCACIÓN PRIMARIA,  suele haber clases ruidosas. Si el profesor tiene que explicar todos los conceptos y reconducir cada actitud se expone a una fatiga vocal importante.

El docente de Educación Física y el de Música, soportan unas condiciones especiales y deben tener mucho cuidado con su voz. El de Educación Física suele trabajar en espacios abiertos o gimnasios grandes, lo que supone un esfuerzo vocal a la hora de dirigirse a sus alumnos. El de Música es posible que tenga que combinar voz cantada y hablada en cada sesión y si no lo hace con un adecuado calentamiento previo y una buena técnica puede provocarse desgaste vocal.

En EDUCACIÓN SECUNDARIA las aulas suelen ser grandes y el número de alumnos mayor. La voz del docente ha de predominar por encima de la de su alumnado y esto no es tarea fácil. A veces, además, prefiere hacer las clases sentado en la mesa, dificultando así su proyección vocal.

A todo lo mencionado anteriormente hay que añadir que las condiciones de temperatura, humedad y ventilación pueden afectar a nuestro tracto vocal. Si trabajamos en ambientes muy secos, al final de la jornada notaremos una sequedad laríngea importante. Si por el contrario,  trabajamos en un recinto donde está en marcha el aire acondicionado, el exceso de frío y las temperatura bajas también nos traerán, como consecuencia, sequedad laríngea.

Para terminar, añadir que son los LOGOPEDAS los profesionales encargados de elaborar un Programa de Prevención (o llegado el caso de Intervención) para enseñar a los docentes técnicas vocales correctas para que aprendan a usar su voz sin fatigarse y puedan así ejercer su profesión de la manera más eficaz posible.

 

Fuente: Rosell, J. Diseño de un programa de prevención del estrés vocal en los docentes.

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